Sobre el diaconado de las mujeres
Fidalgo / 21 Giugno 2019

    Sobre el diaconado de las mujeres «Sigamos adelante a estudiar. No tengo miedo al estudio, pero hasta este momento no va» (Francisco). Es un tema sobre el cual se ha estudiado mucho, y es bueno que se siga haciendo. Que la Tradición en general no es muy unánime y los testimonios son dispersos, aunque bastante claros, también es cierto. Entre ellos, que en la Iglesia primitiva existían mujeres llamadas diaconisas, que desarrollaban ciertos servicios en la comunidad, parece muy unánime. Así como que no siempre fueron consideradas formando parte, a pleno derecho, del sacramento del Orden. Pero hay dos cuestiones previas. Ante todo, una clave que necesita ser asumida y superada, la que se desprende del paradigma clerical, que es esencialmente patriarcal y machista. Es un intento que se viene realizando de manera más decisiva desde el Vaticano II, pero con pocas marchas y muchas contramarchas. Pues todavía cuesta configurarse desde un paradigma antropológico más integral, y no solo porque lo reclamen las sensibilidades epocales, que por cierto son parte de esos signos de los tiempos que el Espíritu sigue ofreciendo a los/as seguidores/as de Jesús para proseguir su misión, sino, además y por sobre todo, por fidelidad…

Un mundo de contrastes
Fidalgo / 10 Maggio 2019

  Un mundo de contrastes Vivimos en sociedades donde al parecer asustan mucho las diferencias, donde cuesta incluir lo diferente, lo que no encaja con esquemas preconcebidos. Sin embargo, al parecer, no duelen ni preocupan demasiado los contrastes (video). Las diferencias son necesarias, y con ellas y desde ellas podemos entretejer la vida, con sus variopintos colores, sabores y, sobre todo, sabidurías, las cuales nos darán trabajo ciertamente, muchas veces habrá que respetarlas, otras integrarlas y otras superarlas, pero que al final nos dejarán siempre con la satisfacción de haber recibido la vida en su mayor dignidad, esto es, en su riquísima variedad de expresiones humanas y bio-sistémicas. Los contrastes no son solo diferencias “notables”, definirlos así no es más que un eufemismo hiriente y fatuo. Más bien indican realidades que se oponen radicalmente. Se repelen una a otra, porque una desenmascara a la otra, porque una resulta insultante y denigrante para la otra. Por lo tanto, hablamos de realidades que expresan: contradicción, contraposición, antagonismo, enfrentamiento, contrariedad. Nuestros jóvenes, y con ellos todos/as nosotros/as, vimos en un mundo signado por el gran contraste de estar «lleno de progresos», pero en el cual estamos expuestos «al sufrimiento y a la manipulación»,…

The Politics of Migration: a Total Eclipse of Faith by Ideology?
McKeever / 29 Marzo 2019

  The Politics of Migration: a Total Eclipse of Faith by Ideology? On the 25th February 2019 there was a panel discussion in the Alphonsian Academy, Rome, on “Faith and Ideology”. It is a vast question which embraces many forms of faith, many forms of ideology and the various forms of interaction between the two. This interaction, often conflictual in nature, manifests itself in the context of numerous concrete questions of our time: the environment, Islamic terrorism, nuclear rearmament and so forth. In this short piece we will consider how faith and ideology interact when faced with the question of migration. There is a real danger that ideology, in its various forms, is in danger of producing a total eclipse of Christian faith on this question. To understand this metaphor we may think of the Christian faith as the Sun (the “light of the world”, in scriptural terms). This Sun sheds light on all human history, including the contemporary history of migration. It allows us to view this immensely complex question with faith, hope, charity, justice and truth. The metaphor of the total eclipse suggests that the light of the Sun is blocked out by the Moon, which intervenes between…

No duelen los escándalos hasta que los escándalos no duelen…
Fidalgo / 22 Marzo 2019

No duelen los escándalos hasta que los escándalos no duelen… Lo dice el papa Francisco, lo comentan los curas y los laicos más comprometidos, lo expande como regadío la prensa, no pocas veces muy amarilla e indolente: los escándalos sexuales golpean a la Iglesia. Hay que aceptarlo y enfrentarlo. Se debe hacer justicia. Ciertamente. Pero, ¿cuál? ¿De qué modo? Si el dolor solo lleva al revanchismo, a las venganzas y a las búsquedas de meras compensaciones de dinero y al clásico: “que se pudra en la cárcel”. Poco hemos avanzado en humanidad, poco aprendemos de nuestras heridas. El verdadero dolor busca abrir paso a la cura, a la compasión, tanto por la víctima como por el victimario, con todas las diferencias del caso, pero no sin que esas diferencias diferencien el modo de hacer justicia. Una cosa es cierta, estos sucesos nos llaman a vivir con mayor transparencia, a decirle definitivamente adiós a todo tipo de ocultamiento, pero ello no quiere decir perder el respeto por las personas, por las que se equivocan y por las víctimas de dicho equívocos. Además, toda situación necesita su discernimiento, analizar las causas, personales y estructurales, y por ende clarificar las responsabilidades en cada…