Nadie se salva solo/a

Nadie se salva solo/a

Una frase que va desde ser un título de una novela (Margaret Mazzantini), que relata la intimidad del amor que se rompe y se abre al futuro de forma esperanzada, a slogan para enfrentar la presente “pandemia” utilizada ampliamente en los medios por varias personas. Una frase que sirve tanto para dar ánimos como para alentar actitudes sociales. Pronunciada por el papa Francisco, desde el punto de vista religioso, asume tonalidades aún más significativas. Según él, en este contexto epocal «nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados». La actual situación puso de manifiesto una crisis mundial sin precedentes, a la cual se le suman de modo más o menos evidente otras tantas crisis locales y globales, que están allí amenazando cotidianamente nuestra humanidad. Francisco ha afirmado que de esta crisis «nadie se salva solo/a»[1]. No es fácil olvidar la imagen de un Papa en medio de una desierta plaza san Pedro, bajo una lluvia tenue y un panorama que reflejaba un clima mundial donde la mayoría de la humanidad experimentaba el avance de una oscuridad que hasta el día de hoy nos sigue acompañado. Pero, la cuestión no es tanto lo que sucedió o cómo dicha frase se fue acuñando. Lo más importante es saber en qué medida refleja la realidad y, más aún, en qué medida puede darle una orientación superadora…… (Continua a leggere)